El Museo Diocesano de Tarragona custodia unas 11.000 obras, de las cuales 237 se muestran en las salas de exposición permanente mientras que el resto se guarda en las salas de reserva. Todas las obras permiten una lectura cronológica de la actividad artística, los estilos y las escuelas del ámbito de la diócesis de Tarragona. El contenido de las colecciones del museo se puede compendiar de la siguiente manera:
- Colección prehistórica
- Colección romana
- Coleccion paleocristiana
- Colección visigótica
- Colección hebraica
- Colección hispano-árabe
- Colección medieval
- Colección moderna
- Col·lecció contemporània
Igualmente, en el Museo Diocesano se halla depositada la importante colección de 54 tapices y reposteros de los siglos XV al XVIII, pertenecientes a la Catedral, una selecta muestra de la platería del Tesoro de la Catedral y la custodia procesional modernista diseñada por Bernardí Martorell.
Colección prehistórica:
El conjunto de elementos procedentes de las excavaciones llevadas a cabo en la Cova Josefina, junto al castillo de Escornalbou (Baix Camp) informa de la ocupación humana de nuestras comarcas desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce. Destaca una hacha plana, de bronce.
Colección romana:
Fragmentos arquitectónicos, escultura, epigrafía, cerámica, vidrio, metal, mosaicos y numismática. La mayoría procedentes de excavaciones o investigaciones llevadas a cabo en la Catedral o en sus alrededores. Cabe destacar el sarcófago de Apolo y las nueve Musas y la estela funeraria del auriga Eutyches.
Colección paleocristiana:
Algunos ejemplos de epigrafía y de cerámica. (Torna a l’índex)
Colección visigótica:
La conforman un jarro litúrgico y una hebilla, de bronce, hallados en una sepultura del jardín de Santa Tecla, junto a la Catedral, así como algunos fragmentos escultóricos, asimismo procedentes de la Catedral.
Colección hebraica:
Destacan dos inscripciones funerarias, una hebraica y otra latina, procedentes de Falset (Priorat) y de Els Pallaresos (Tarragonès) respectivamente.
Colección hispano-árabe:
El arco datado en el año 960, procedente en origen de Madinat-al-Zahara (Córdoba) y hallado en la Catedral, es la pieza más importante; también algunos fragmentos de tejidos encontrados en diversos sepulcros de la Catedral y una pequeña colección de numismática.
Colección medieval:
Está formada por obras que proceden tanto de la Catedral como de la mayoría de iglesias parroquiales, santuarios y ermitas de la diócesis. Cabe destacar el conjunto de esculturas de madera y piedra policromadas, datadas entre el final del siglo XII y el siglo XV. También los fragmentos de retablos de piedra. Asimismo la epigrafía, especialmente las laudas sepulcrales canonicales, entre las cuales destaca la del canónigo Raimon de Milà, tan importante para la cronología de la construcción de la Catedral, ante la falta de fuentes documentales. El hierro forjado ofrece muestras como el brasero del siglo XIII, los candelabros o la reja «de la higuera». Se conservan los ajuares litúrgicos de los arzobispos Bernat d’Olivella y Roderic Tello, con elementos como cálices, patenas, volutas de báculos y valiosos fragmentos de indumentaria litúrgica. Asimismo, se conservan algunas interesantes capas pluviales y casullas bordadas. Cabe destacar el conjunto de azulejos triangulares de pavimento con decoración de bestiario, del siglo XIV. La platería litúrgica medieval procede en su mayor parte de la Catedral y, en un período comprendido entre los siglos XIII y XIV, está representada por relicarios y cruces procesionales de plata y bronce. Destaca la arquilla de San Pedro Ermengol, de la Guàrdia dels Prats (Conca de Barberà) que, además de su valor artístico y hagiográfico, explicita curiosamente en su iconografía el papel de Cataluña en el concierto político de la Europa medieval. Las vigas y tablillas procedentes de los artesonados de Alcover (Alt Camp), de Montblanc (Conca de Barberà) y de Paret Delgada (La Selva del Camp, Baix Camp), evidencian la importancia que este tipo de decoración tuvo en nuestras tierras. También se conserva un interesante conjunto numismático.
La parte más destacada dentro de la colección medieval sería la Pinacoteca Gótica, formada por un número significativo de pinturas murales, retablos y tablas de los siglos XIV y XV. Constituyen la colección más importante del sur de Cataluña y además son una muestra de la evolución de las escuelas pictóricas locales. A partir de las pinturas murales de Peralta (Tarragonès), se hallan unas valiosas muestras de la progresión de la pintura desde el gótico lineal de influencia francesa e inglesa, pasando por el italianismo, continuando por el gótico internacional en sus sucesivas fases y llegando a la pintura de influencia flamenca. Así, se podrían destacar obras como las puertas del relicario de Santa Tecla, de la Catedral, el retablo de la Virgen del santuario de Paret Delgada, obra de Joan de Tarragona, el retablo de San Bartolomé, de la Catedral, del Maestro de Santa Coloma de Queralt, el retablo de la Virgen, de Solivella (Conca de Barberà), pintado por Mateu Ortoneda, el antiguo retablo mayor del monasterio de Santes Creus (Alt Camp), obra de Guerau Gener y Lluís Borrassà, el retablo de San Pedro, de Vinaixa (Les Garrigues), obra de Ramon de Mur, el retablo de Santiago el Mayor, de Vallespinosa (Conca de Barberà), pintado por Joan Mates, el retablo de San Miguel, de la Pobla de Cérvoles (Les Garrigues) y la tabla de los Santos Juanes, de Vinaixa, obras de Bernat Martorell, el retablo mayor de la iglesia antigua de Alcover, obra de Jaume Ferrer II, o la tabla con la Anunciación, de Vallmoll (Alt Camp), atribuida a Jaume Huguet, entre otras.
Colección moderna:
Incluye algunos ejemplos notables que alcanzan desde el siglo XVI al XVIII. El Renacimiento, de pausada introducción en nuestras tierras, está representado por un buen conjunto de pintura de producción local, la mayoría procedente de la Catedral, como el retablo de Santa Tecla, del Maestro de Pere de Cardona, el retablo de San Roque y la tabla de la Virgen de la Esperanza, obras del Maestro de Alforja, dos retablos dedicados a Santa María Magdalena y la Anunciación, obra de Francesc Olives, el retablo de San Lorenzo, de Rocallaura, y algunas tablas, obras firmadas por Cristòfor Hortoneda. Además de estas obras principales, existe una serie de tablas igualmente de producción local, no menos interesantes. También se conservan producciones foráneas, como la tabla de la Natividad, obra atribuida al valenciano Vicent Macip. La escultura renacentista de alabastro cuenta con algunos ejemplos procedentes del monasterio de Poblet, como el relieve de San Jerónimo.
De la época del Barroco posee el museo una serie de interesantes esculturas de madera policromada, entre las cuales cabe destacar las de los escultores de Valls Lluís y Francesc Bonifàs i Massó. También un conjunto de escultura de marfil. La pintura religiosa sobre tela de los siglos XVI al XVIII conforma un amplio conjunto; sobresalen algunas obras de los pintores Viladomat y Josep Juncosa. De época moderna, además, se conservan plafones de azulejos con temas religiosos, obra de Miquel Lapuja y Llorenç Passoles, epigrafía, objetos de metal, libros de coro manuscritos e impresos, mobiliario, platería, indumentaria litúrgica y frontales de altar bordados, platos petitorios de latón, medallas y monedas.
Colección contemporánea:
La pintura sobre tela de los siglos XIX y XX está formada por escudos episcopales y retratos de arzobispos y canónigos. Hay además libros impresos, monedas y medallas piadosas, entre otros elementos. Uno de los conjuntos más notables es la colección de figuras de nacimiento, procedentes de la noble Casa Canals de Tarragona.